Quién se quedará con el perro en caso de divorcio
España tiene una tasa de divorcio bastante alta. De hecho, el número de disoluciones matrimoniales está en torno a 120.000 demandas anuales. Por eso, mucho se ha escrito y legislado sobre custodias, separación de bienes y gananciales. Pero ¿qué pasa con los animales de compañía? ¿Con quién se quedarán?
Casi en la mitad de los hogares españoles hay un perro o un gato. Por eso, cada vez se están planteando con mayor frecuencia el dilema de dónde iría la mascota en caso de divorcio. Al mismo tiempo, hay una corriente paralela que pide un cambio de la legislación. Así, los animales pasarían de tratarse como “cosas” (tal y como ocurre en España en la actualidad) para pasar a considerarse seres sensibles, como ocurre en Francia.
El acuerdo amistoso
Lo más conveniente en caso de divorcio es, para todo, llegar a un acuerdo amistoso. Y más cuando hablamos de las mascotas. Y es que, según el Código Civil (artículo 333), los perros y gatos son considerados “bienes muebles”. Por eso, su propiedad podría ser reclamada por cualquiera de las partes, o compartida por ambos.
En caso de bienes gananciales, la diferencia vendría establecida en función de cuándo fue adquirido el animal. Así, si uno de los cónyuges adoptó al perro o al gato antes del matrimonio, sería su legítimo propietario aún en caso de divorcio.
En caso de no llegar a un acuerdo,habría que ir a la vía judicial. En ese momento, sería el juez quien determinaría con quién va a vivir en el futuro el animal.
Animales y niños
Cuando el asunto del reparto tras el divorcio llega a manos de jueces, suelen tomar las decisiones en una línea similar. Tanto es así, que en caso de que haya niños pequeños, la mascota suele ir a la casa a la que vayan a vivir los niños. Esto se suele hacer así porque se entiende que los más pequeños tienen un gran apego con el animal, y podrían sufrir en caso de verse separados de él.
No obstante, últimamente se están haciendo avances al respecto, llegando a tomarse medidas muy concretas en caso de divorcio teniendo perro.
Custodia compartida
En el 2010, por primera vez un juez otorgaba la custodia compartida sobre un perro. Se trató de una sentencia realmente novedosa por varios motivos.
Esa decisión judicial se tradujo en que la mujer que había solicitado esa custodia compartida, pudo volver a convivir con el perro que ella y su ex-pareja habían adoptado, en periodos alternos de seis meses.
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