¿Tiene la vivienda deudas o cargas pendientes?
Comprar una vivienda siempre requiere de mucho papeleo. Además, hay que comprobar que todo está en buen estado, que es una buena inversión… y que no tiene cargas pendientes.
Una vivienda es una inversión muy importante. De las más importantes, incluso. Por eso, es importante cerciorarse de que todo está correcto, que no hay ningún cabo suelto. Y es que lo último que quiere un comprador es, poco tiempo después, descubrir que nada es lo que parece.
Por eso, todos los compradores deben asegurarse de que la vivienda está libre de deudas y cargas pendientes. Si no se comprueba y, finalmente, resulta que las tiene, tendrá que asumirlas en el futuro.
¿Cómo puedo comprobar que no tiene nada pendiente?
Para comprobar que no hay deudas ni cargas pendientes, se deben solicitar varios documentos. Uno de ellos pasa por ponerse en contacto con el colegio de registradores, para comprobar que las hipotecas sobre la vivienda están al día. Igualmente, se puede solicitar un certificado de pagos al administrador de la finca. De ese modo, sabremos si están al corriente en los recibos.
Lo primero que hay que hacer es solicitar una nota simple del inmueble. Así, se puede comprobar tanto la titularidad como las características de la vivienda. Con este documento veremos si el estado con respecto a las hipotecas es el que dice el vendedor, así como todo lo relacionado con embargos o afecciones fiscales. Se puede obtener en el Registro de la Propiedad o a través de Internet en la web del Colegio de Registradores con los datos del inmueble.
Otros gastos pendientes
A continuación, llegará el momento de que está al día en cuanto a sus responsabilidades como vecino. En otras palabras, si los pagos de la comunidad de vecinos están al día. Para saber si está al corriente de pago con la comunidad de vecinos como los gastos, las derramas, etc, se puede acudir al presidente de la comunidad. Ese vecino nos dirigirá al administrador, quien nos tendrá que facilitar un certificado en el que todo conste como pagado. Si tiene deudas, éstas pasarán al comprador.
Finalmente, le llegará el turno a todos los impuestos. El IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) es el más conocido. Estas deudas se reclamarán, antes o después, al propietario. Por tanto, si ya se ha efectuado la venta, el nuevo dueño de la vivienda tendrá que pagarlos. Para asegurarnos de que todo está al día, podremos pedir los recibos o justificantes de pago.
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